La energía solar se ha convertido en una de las soluciones más eficientes y sostenibles para todo aquel que busque reducir su dependencia de las grandes eléctricas, además de aprovechar al máximo los recursos naturales. Con la tecnología actual y las regulaciones favorables, una instalación fotovoltaica para autoconsumo es una opción cada vez más accesible. Antes de lanzarse a la inversión, no obstante, conviene entender cuáles son los elementos clave que aseguran una instalación eficiente y adaptada a nuestras necesidades y las características de la vivienda.
Dimensionamiento adecuado: el corazón del sistema
El primer paso para cualquier instalación solar es determinar el tamaño adecuado del sistema. Esto se logra a través de un estudio detallado de las necesidades energéticas del hogar o empresa valorando aspectos como el consumo histórico, las horas de sol disponibles o la orientación misma del inmueble. Pero eso o es todo.
Si se espera un aumento en el consumo energético, por ejemplo, con la adquisición de un coche eléctrico, la instalación debe tener la capacidad de adaptarse a cualquiera de estos elementos. En otras palabras, una buena instalación fotovoltaica empieza por un correcto asesoramiento, tanto de las necesidades presentes como futuras.
Elección de paneles solares y su calidad
No todos los paneles solares son iguales. La elección del tipo de panel influye directamente en la eficiencia del sistema y en la durabilidad de la instalación. Los paneles monocristalinos, por ejemplo, suelen tener una mayor eficiencia en espacios reducidos, mientras que los policristalinos pueden ser más económicos, pero requieren más superficie para generar la misma cantidad de energía.
Del mismo modo, una buena instalación solar debe contar con paneles que ofrezcan garantías de al menos 25 años, asegurando una producción energética consistente a lo largo del tiempo.
Inversor solar, el cerebro de la instalación
El inversor es la pieza encargada de convertir la corriente continua generada por los paneles solares en corriente alterna, que es la que utilizamos en nuestros hogares. En este caso, lo ideal es elegir un inversor que sea compatible con la potencia generada por los paneles y que ofrezca una eficiencia alta, ya que su correcto funcionamiento es determinante para el rendimiento global del sistema.
Existen varios tipos de inversores en el mercado, como los inversores string o los microinversores, cada uno con sus ventajas y desventajas dependiendo del tamaño y las características de la instalación.
Sistema de almacenamiento: clave para la independencia energética
Uno de los principales beneficios del autoconsumo es la posibilidad de almacenar la energía generada para utilizarla en momentos en los que no hay sol; es en este punto donde entran en juego las baterías solares. Aunque su instalación no es obligatoria, son recomendables si se busca una mayor independencia energética y reducir la dependencia de la red eléctrica.
Las baterías de litio son las más utilizadas en este tipo de instalaciones por su eficiencia y larga vida útil. Por desgracia, su coste sigue siendo uno de los factores que más encarece el sistema, por lo que es necesario hacer un análisis coste-beneficio previo antes de incluirlas.
Regulación y trámites para cumplir con la normativa
En España, las instalaciones solares para autoconsumo han visto un impulso importante gracias a la eliminación del impuesto al sol y la creación de un marco regulador favorable. Pese a ello, es obligatorio cumplir con los trámites necesarios para la legalización de la instalación, que incluyen permisos del ayuntamiento, la inscripción en el registro de autoconsumo y, en algunos casos, la contratación de un seguro.
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