Las centrales nucleares no emiten CO2 durante el proceso de producción eléctrica y, por ello, son esenciales en la lucha contra el calentamiento global. La energía nuclear es necesaria para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París y transitar hacia una economía baja en carbono. El reciente estudio del Massachusetts Institute of Technology lo corrobora en su estudio The Future of Nuclear Energy in a Carbon-Constrained World: la energía nuclear es esencial para alcanzar en el futuro una economía plenamente descarbonizada en muchas regiones del mundo. El codirector de este estudio, Jacopo Buongiorno, lo ha explicado en una jornada organizada por FORATOM y Foro Nuclear en Madrid.
En el siglo XXI, explican desde el Massachusetts Institute of Technology (MIT), el mundo se enfrenta al nuevo reto de tener que reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero y, a la vez, aumentar el acceso a la energía y la oportunidad económica para miles de millones de personas. El estudio The Future of Nuclear Energy in a Carbon-Constrained World ha examinado este reto en el sector eléctrico. Este estudio, codirigido por el profesor del MIT Jacopo Buongiorno, refleja que la lucha contra el cambio climático será más difícil y costosa si se prescinde de la energía nuclear y muestra que las centrales nucleares pueden ayudar a cubrir el crecimiento de la demanda mundial de energía, al mismo tiempo que se reducen las emisiones. El análisis expone la contribución potencial que puede hacer la energía nuclear como tecnología no contaminante. Sin esta contribución, el precio al que se conseguiría una profunda descarbonización aumentaría significativamente.
El cambio climático es tan grave que cada vez surgen más voces que se preguntan que, en vista de esta gran amenaza, ‘¿se puede prescindir de la energía nuclear?’. El presidente de Foro Nuclear, Ignacio Araluce, recuerda por su parte, tras esta reflexión, que “las centrales nucleares españolas son la tecnología que más electricidad producen (20%), más horas funcionan y más ayudan a evitar emisiones. Concretamente, el pasado año casi el 40% de la electricidad libre de CO2 se consiguió gracias a la energía nuclear”. La transición energética tiene que ir acompañada necesariamente de la energía nuclear, asegura Araluce, “si pretendemos reducir emisiones y cumplir con los compromisos adquiridos tras el Acuerdo de París”.
A este Acuerdo se refiere también Marc Noël, representante de la dirección general del Joint Research Center de la Comisión Europea, quien señala que “la energía es esencial para nuestro modo de vida. En la conferencia climática de París (COP21), 195 países adoptaron el primer acuerdo universal y legalmente vinculante que incluye la meta de evitar un peligroso cambio climático limitando el calentamiento global a menos de 2°C. En este contexto tan exigente se han publicado varios estudios sobre el mix energético global y su impacto en las emisiones de gases de efecto invernadero, el papel potencial de la energía nuclear en todo esto y las ventajas y retos implicados”.
La jornada dedicada a “La energía nuclear en la transición hacia una economía descarbonizada” organizada por Foro de la Industria Nuclear Española y FORATOM, la asociación de la industria nuclear europea, ha contado también con la intervención de Berta Picamal, Consejera Ejecutiva del director general de esta organización con sede en Bruselas, quien considera que “la propuesta de recompensar a la energía nuclear por sus beneficios, permitiendo que todas las energías de bajas emisiones de carbono compitan en igualdad de condiciones como sugiere el estudio del MIT, debería tenerse en cuenta por parte de los tomadores de decisiones de la Unión Europea en su estrategia para reducir emisiones. Además de las consideraciones para la protección climática, la energía nuclear cumple otro objetivo clave de la política energética de la UE, ya que garantiza la seguridad de suministro”.
Para Foro Nuclear la transición energética requiere de un mix eléctrico lo más respetuoso posible con el medio ambiente y que, a su vez, garantice el abastecimiento eléctrico sin efectos desfavorables significativos en los precios de la electricidad o en la competencia del mercado eléctrico. La energía nuclear es una pieza clave en esta transición. Su continuidad, siempre con las máximas garantías de seguridad como prioridad, tiene que venir acompañada de su viabilidad económica, reduciendo la alta carga impositiva y con unas reglas de juego equilibradas y neutras para todas las tecnologías.
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