MADRID, ESPAÑA// Un grupo de activistas de Greenpeace ha desplegado una pancarta en el último día de la reunión del G7 en Roma, con el mensaje «G7: más renovables, menos contaminación = más independencia energética». La reunión se ha centrado en cómo reducir la dependencia europea de la energía procedente de Rusia en el contexto de la crisis en Ucrania. Los activistas han pedido a los países del G7 que apoyen las energías renovables y la eficiencia energética para asegurar la independencia energética.
Greenpeace advierte que la propuesta de algunos países como el Reino Unido y Polonia de sustituir los combustibles fósiles de Rusia por los de otras regiones como de Oriente Medio, el Cáucaso o América del Norte amenazaría los compromisos de Europa de reducir su dependencia de las energías sucias y de luchar contra el cambio climático.
«Instamos a los ministros del G7 reunidos en Roma hoy a terminar con nuestra adicción a la energía contaminante. La energía sucia que proviene de combustibles fósiles y de la energía nuclear, es lo que nos ha metido en este lío y no va a sacarnos. Las encuestas muestran que los europeos apoyan abrumadoramente las energías renovables. Es hora de que los líderes europeos dejen de doblegarse ante el lobby de la energía sucia y respondan al llamado de la ciudadanía» ha declarado Stephanie Brancaforte, responsable de Clima y Energía de Greenpeace.
Greenpeace recuerda que la solución tampoco está en el gas de esquisto (proveniente del fracking) ya que esta técnica acarrea enormes impactos ambientales, así como riesgos para la salud, además esta tecnología no tendrá casi ningún impacto en las importaciones de gas ruso a la UE antes de 2030 (1). El fracking ya ha sido prohibido en Francia, y los socialdemócratas alemanes han pedido su prohibición.
Algunos países también apuntan a la energía nuclear como opción, aunque los pocos reactores en construcción en Europa continúan aumentando sus presupuestos iniciales y retrasos en su construcción así como sus problemas técnicos.
Greenpeace denuncia que los políticos de todo el mundo están siendo presionados por las empresas de energía como Shell, EDF, PGE, RWE, Eon, ENEL, Vattenfall, Iberdrola y CEZ para continuar consumiendo sus combustibles sucios, varios de ellos están en el negocio con los gigantes energéticos rusos. Muchas de estas empresas europeas prefieren cambiar a otras fuentes de energía sucia, a menudo con interlocutores comerciales poco fiables y no democráticos, en vez de fomentar soluciones reales a través de las energías renovables. Pero mediante la construcción de una red de energía limpia, los líderes europeos pueden terminar con el oligopolio de las grandes eléctricas y atraer a nuevos actores al mercado.
La organización ecologista considera que para el G7 y los líderes europeos, la mejor opción para lograr la independencia energética y la estabilidad es un objetivo ambicioso de energías renovables y un plan de eficiencia energética. En un estudio de las diferentes opciones para los objetivos de energía y clima, la Comisión Europea concluyó que la UE podría reducir las importaciones de energía a más de la mitad en 2050. El consumo de gas de la UE podría reducirse en un 29 por ciento en 2030 y un 54 por ciento para el año 2050.
La eficiencia es la única herramienta capaz de ofrecer reducciones rápidas en el consumo de gas, y las energías renovables ya son la fuente de energía de más rápido crecimiento en la UE.
Greenpeace pide al G-7 y a los líderes europeos a que opten por la verdadera independencia energética y la estabilidad con un plan ambicioso de energías renovables y de eficiencia, lo que reducirá considerablemente las importaciones de energía. Los compromisos para reducir las emisiones, desarrollar las energías renovables y la eficiencia energética se deben alcanzar antes de la cumbre del cambio climático del Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, el 23 de septiembre de este año.
Es en este contexto, los días 6, 7 y 8 de mayo, en GENERA 2014, Feria Internacional de Energía y Medio Ambiente, Greenpeace organiza las jornadas sobre «El Futuro de la Energía en Europa», en las que presenta tres informes que analizan el conflicto entre el modelo de las energías sucias y un nuevo modelo renovable.
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