MADRID, ESPAÑA// Los excelentes resultados del programa nuclear español en 2010 se produjeron en un contexto internacional de lanzamiento de programas nucleares como la respuesta hacia una generación de energía competitiva y libre de emisiones.
La catástrofe ocurrida en Japón el 11 de marzo, que dañó seriamente a la central nuclear de Fukushima Daiichi ha afectado a este panorama nuclear mundial con desigual impacto en los distintos países.
En España se ha iniciado el proceso de evaluación de las centrales nucleares siguiendo los criterios de la Instrucción del Consejo de Seguridad Nuclear y los resultados de dicha revisión se darán a conocer en los próximos meses.
Con criterios análogos, este ejercicio denominado “Pruebas de estrés” se está realizando de manera armonizada para el conjunto de centrales en la Unión Europea. La transparencia en la definición del alcance de las revisiones y los acuerdos obtenidos sobre su aplicación son una muestra positiva de coordinación entre los distintos organismos de seguridad, tanto nacionales como internacionales en el conjunto de los 27 países de la Unión Europea.
Es la primera vez que se lleva a cabo una revisión coordinada de las instalaciones nucleares a nivel europeo. Las pruebas de estrés se encuentran ya en fase de ejecución y contemplan:
La revisión de las bases de diseño y de los márgenes constructivos frente a los dos principales sucesos iniciadores: terremoto y tsunami.
El análisis del comportamiento de la instalación en el caso de pérdida de suministro eléctrico total interno y externo a la central, y la pérdida de refrigeración por pérdida de sumidero final de calor residual del núcleo del reactor. Se contempla así mismo la combinación de los dos sucesos independientemente de la causa que lo hayan originado.
La comprobación del nivel de preparación de la organización operadora de la instalación para mitigar las consecuencias de los escenarios antes descritos.
Junto a estas actuaciones lideradas por la Comisión Europea y los organismos reguladores (ENSREG y WENRA), las organizaciones con competencia en seguridad nuclear han reaccionado de forma positiva.
Entre ellas, WANO, la asociación mundial de operadores de centrales nucleares, que tiene como principal misión maximizar la seguridad y fiabilidad de las centrales nucleares en todo el mundo para evaluar, analizar y mejorar el rendimiento a través de apoyo mutuo, el intercambio de información y emulación de mejores prácticas que, desde el suceso iniciador en Fukushima, ha iniciado el proceso de evaluación de la información procedente de la respuesta de la central ante el terremoto y tsunami ocurridos en su emplazamiento.
Para el Director de WANO París, Ignacio Araluce: “En la actualidad la energía nuclear se encuentra en una importante encrucijada. En los últimos años se ha producido un renacer nuclear con gran número de proyectos de construcción de reactores tanto en los países con desarrollo nuclear, como en aquellos que empujados por su rápido crecimiento económico necesitan incrementar su potencia instalada para satisfacer la creciente demanda de energía. En el marco anteriormente descrito, tras Fukushima es esencial aplicar las lecciones aprendidas para incrementar aún más la seguridad de todas las centrales nucleares. En esta tarea están involucrados los gobiernos, los organismos reguladores y los propios operadores de las centrales nucleares”.
El objetivo de todas estas actuaciones a nivel nacional e internacional es asegurar que las centrales nucleares operan con las condiciones de seguridad necesarias y con márgenes para afrontar sucesos extraordinarios fuera de la base de diseño, relacionados con su emplazamiento.
Para Mª Teresa Domínguez, Presidenta de Foro Nuclear: “La pronta reacción de los organismos competentes a nivel internacional es una muestra de que la seguridad nuclear es la prioridad. Las pruebas de estrés permitirán conocer los márgenes de seguridad de las centrales nucleares, frente a los sucesos extraordinarios relacionados con su emplazamiento. Las centrales nucleares españolas están trabajando de forma activa en el desarrollo de las mismas, siguiendo las guías definidas por el Consejo de Seguridad Nuclear para ellas. Los resultados de las pruebas de estrés y las actuaciones de los organismos competentes serán los elementos sobre los que se sustente el progreso de la energía nuclear en el mundo en las próximas décadas”.
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