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WWF pide a Obama que retire los permisos de explotación petrolífera en el Ártico



MADRID, ESPAÑA // Aunque no existe un ‘buen escenario’ para un vertido de petróleo, en este caso las condiciones meteorológicas favorables, unidas a las modernas infraestructuras en el Golfo de México, así como el acceso a métodos tecnológicamente avanzados para luchar contra las mareas negras, constituyen las mejores circunstancias para hacer frente a este desastre. Sin embargo, a pesar de estas ventajas, la crisis ambiental va empeorando.

Aunque la situación es crítica, el impacto ambiental sería aún mucho mayor si este vertido hubiera tenido lugar en el remoto entorno del Ártico, donde la severidad de las tormentas y el grosor del hielo imposibilitarían la respuesta a un vertido, incluso de mucha menor magnitud.

WWF reitera su llamada a paralizar la explotación de gas y petróleo en las aguas de Ártico hasta que se logre un mayor conocimiento de los riesgos y se mejore la capacidad de reacción ante posibles vertidos y otras amenazas ambientales.

Frenar la explotación y el desarrollo de gas y petróleo en la zona

Es importante destacar que el Consejo Ártico, del cual forma parte Estados Unidos, ha adoptado unas normas según las cuales los gobiernos se comprometen a frenar la explotación y el desarrollo de gas y petróleo en la zona, si no existe la garantía de que se pueda responder de forma adecuada a los potenciales riesgos. De producirse en el Ártico lo ocurrido en el Golfo de México, quedaría patente que se están violando estos principios.

Una vez más, WWF pide a la administración de los EEUU, con el presidente Obama, a la cabeza, que retire los permisos de explotación petrolífera en el Ártico previstos para julio de este año, aún pendientes de la aprobación del informe de impacto ambiental. WWF pide también al Gobierno de Obama que cancele las licencias de explotación en los mares de Beaufort y Chukchi, que fueron aprobadas durante la administración Bush.

Un precedente cercano, el Exxon Valdez

Han pasado más de dos décadas desde que se produjo la catástrofe del Exxon Valdez, que derramaba 40 millones de litros de petróleo en las aguas cristalinas del golfo del Príncipe Guillermo (Alaska, EEUU), acabando con la vida de millones de animales marinos y aves. Los efectos devastadores de esta catástrofe continúan repercutiendo hasta hoy.



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