BARCELONA, ESPAÑA// El delegado de Iser Energías Renovables en Cataluña, Carlos Sarto, ha señalado hoy en un encuentro con empresarios que el modelo energético basado en centrales térmicas y nucleares no es sostenible para la economía catalana, por lo que es necesario replantearse el abastecimiento energético mediante tecnologías verdes y renovables que garanticen la competitividad empresarial del país en la nueva economía.
Carlos Sarto ha explicado que los altos costes de mantenimiento y gestión de éstos recursos frente a su vida útil, hace necesario que nos replanteemos si el modelo actual permitirá que se mantenga la competitividad de la industria catalana frente a nuevos modelos emergentes, en los que la tecnología y el acceso a materias primas menos costosas ofrece una ventaja inicial que se traslada al precio final del producto o servicio.
En este sentido, Sarto ha abogado por replantearse no sólo el sistema de abastecimiento, sino también la distribución de los recursos energéticos para ganar en eficiencia y fomentar el ahorro en la factura eléctrica, uno de los principales lastres en las cuentas de la industria, pero también del comercio catalán.
Así, el representante de Iser Energías Renovables ha defendido la incorporación de las redes inteligentes –smart grids- y el modelo de generación distribuida al entramado actual, con el objetivo de evitar cortes o variaciones en el abastecimiento como consecuencia de picos de consumo o averías, así como garantizar el acceso a estaciones proveedoras allí a donde realmente se necesita un consumo extra, evitando la saturación de las redes principales.
De hecho, este modelo general también es exportable al comercial y/o los centros de consumo mediante la implantación de tecnologías basadas en renovables que ya cuentan con un periodo de madurez en su aplicación práctica, como la eólica, la solar, la biomasa o la geotérmia, sin olvidarnos de nuevas propuestas como el frío solar, que complementan el abastecimiento general y permiten reducir costes en acondicionamiento de espacios, agua caliente sanitario, etc.
Por ello, el especialista en I+D basados en renovables ha insistido en la necesidad de reorientar el actual modelo económico que ha quedado superado y apostar por una economía basada en productos y servicios orientados al bienestar y a la mejora de la calidad de vida de las personas. Y, como ejemplo, ha incidió en las renovables, que no sólo favorecen el crecimiento sostenible y la reducción de vertidos contaminantes, sino que tienen un efecto positivo sobre el bienestar social.
Auditoría energética y calidad
Así, Carlos Sarto ha explicado que el modelo socioeconómico actual y la idea de innovación vigente, basada en el empuje tecnológico como motor del consumo, no son los adecuados para afrontar el periodo de recesión en el que vivimos. “Hay que reorientar el modelo de gestión y aportar valores tangibles a nuestros clientes”, según el portavoz de ISER en Cataluña.
Para ello, Sarto ha apostado por extender las auditorías energéticas como una herramienta más de la gestión empresarial, ya que permiten determinar pautas de comportamiento y usabilidad de los recursos que hacen más eficiente el sistema productivo y/o el aprovechamiento de los recursos energéticos, esto es, mejoran la calidad en la gestión, reducen los costes y fomentan valores sociales y de respeto ambiental entre el personal y los clientes.
En este sentido, el delegado de Iser Energías Renovables en Cataluña ha explicado que no se trata de una auditoría genérica, sino que el planteamiento de compañías como ISER aborda el proyecto de forma global, desde el acondicionamiento de espacios, la iluminación puntual y ambiental, a la recuperación de excedentes, la reducción del consumo o las pautas de formación de los empleados, ya que todo afecta a la gestión energética de un espacio laboral.
Por ello, Carlos Sarto ha planteado la incorporación de las auditorias energéticas como una herramienta prioritaria para certificar la calidad de una empresa y, por tanto, del producto o servicio que ofrece. “Se trata de conjugar una política de gestión responsable y con efectos positivos en los costes, al tiempo que se da respuestas a las nuevas demandas de la sociedad y los mercados”.
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