MADRID, ESPAÑA// El análisis de la sostenibilidad y la competitividad del refino de petróleo en Europa ha sido el objetivo del Foro BP de Energía y Sostenibilidad, que se ha celebrado en Madrid los días 23 y 24 de junio, con la participación de más de 30 expertos nacionales e internacionales. Durante el foro, los expertos han analizado los principales factores que amenazan actualmente la competitividad y sostenibilidad de la industria del refino de petróleo en Europa, y las respuestas posibles ante los retos que se plantean. Las conclusiones del Foro han sido presentadas hoy por Ignacio Pérez-Arriaga, Director de la Cátedra BP de Energía y Sostenibilidad, de la Universidad Pontificia Comillas ICAI-ICADE, y Enrique González, Director de Comunicación y Relaciones Institucionales de BP España, en un acto presidido por Mariano Ventosa, Director de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería (ICAI).
El refino de petróleo es un componente muy importante del sector energético europeo. Sin embargo, su supervivencia está claramente amenazada, fundamentalmente por factores de estructura de mercado: la demanda de combustibles está descendiendo en los países desarrollados, los costes de la energía en Europa son mayores que en otras regiones, y cada vez hay más competencia en el sector principalmente por la presencia de nuevas refinerías en Oriente Medio, China, India y Rusia, entre otros países. Otro elemento digno de considerar es la mayor penetración del diesel en Europa con respecto a la gasolina, como resultado del sistema de impuestos adoptado con este fin, lo que obliga a las refinerías a tener que exportar gasolina e importar diesel y genera una pérdida de margen.
Como consecuencia de todo lo anterior, los márgenes de refino en Europa se están reduciendo, y por tanto se está perdiendo competitividad en el mercado global, algo que se evidencia en la reducción de la tasa de utilización, y el cierre de algunas refinerías. Uno de los factores principales que explica estas consecuencias, según los estudios de la Comisión Europea, es el diferencial que existe en los costes de la energía con otras regiones.
Por otro lado, la regulación europea sigue muy centrada en limitar los impactos sobre el medio ambiente, con normativas sobre calidad ambiental, calidad de combustibles, energías renovables o emisiones de CO2. La exigencia de cuotas de biocombustibles está reduciendo aún más la demanda de combustibles fósiles y, por ende, los márgenes de refino y las exigencias de calidad ambiental requieren inversiones adicionales para satisfacerlas. El mercado de emisiones de CO2, aunque en una cuantía menor, también aumentará los costes de producción, ya que cada año a las refinerías se les están reduciendo las cuotas de emisión permitidas.
Los expertos han analizado posibles soluciones a estos retos, tanto desde la Administración como desde el propio sector, y estas son algunas de las conclusiones:
Las administraciones, y en particular la Comisión Europea, deben examinar si sus exigencias en materia medioambiental afectan al sector indebidamente. Aunque una reducción de las exigencias medioambientales realmente no solucionaría el problema principal vinculado a la estructura del mercado, y sería difícil de justificar la excepción del refino frente a otros sectores como el cemento, el acero, la generación de electricidad o el sector de la automoción, dado que todos los sectores productivos están sujetos a esta regulación sería necesario revisar si reducciones marginales en las emisiones, una vez alcanzados ciertos niveles, estarían justificadas frente a los costes necesarios para conseguirlos y la pérdida de competitividad que generarían frente a otros países que no tengan las mismas obligaciones .
Otra posible actuación de la Comisión Europea, o en este caso de cada país, consistiría en reducir la diferencia de tratamiento fiscal entre la gasolina y el gasóleo, para corregir el desequilibrio en la demanda de estos combustibles. O en un diseño más específico de las regulaciones, que recoja las distintas características de los países.
Pero, fundamentalmente, el gran reto de las administraciones europeas es trabajar para lograr abaratar los costes de la energía en Europa a través, por ejemplo, del fomento de una mayor integración de los mercados energéticos, fundamentalmente del gas natural, que no solo es energía sino materia prima usada para eliminar contaminantes de los combustibles, o tratar de facilitar el acceso a fuentes de energía más baratas. Además, es esencial que la regulación sea estable y predecible, lo que de ningún modo es el caso en la actualidad en el ámbito europeo, ni tampoco en el nacional o el autonómico. La estabilidad regulatoria es fundamental para inspirar confianza a los inversores en esta complicada situación.
Otras opciones, como la posibilidad de aplicar border taxes, o un apoyo explícito a la contribución que las refinerías europeas puedan tener a la seguridad de suministro de energía en Europa, fueron también debatidas por los expertos.
El sector del refino, por su parte, también puede contribuir con distintas acciones: flexibilizar su cartera de productos, trabajar en la optimización de procesos, innovar para mejorar la eficiencia, racionalizar su estructura (reduciendo en lo posible la sobrecapacidad) y, finalmente, mejorar su comunicación y su credibilidad con la sociedad y las administraciones.
La situación en España
El Foro también ha analizado la situación de la industria del refino en España. Si bien la industria española está amenazada por los mismos factores que la europea, los expertos valoran que las refinerías españolas, en su conjunto, se encuentran en mejor situación que las de otros países vecinos para enfrentarse a los actuales desafíos del sector. Las recientes inversiones efectuadas para adaptar los procesos de refino a la demanda o para poder acceder a crudos más baratos, hacen que, según distintos estudios, se espere que las refinerías españolas mantengan su competitividad relativa en Europa.
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