Saft ha celebrado el 100º aniversario de su planta de baterías de níquel-cadmio en Oskarshamn, en el sur de Suecia, con la apertura oficial de una innovadora línea de producción de alta tecnología.
La nueva instalación, dedicada a la fabricación de las baterías líderes mundiales de Saft de tecnología de placa de bolsa, representa una inversión de 5 millones de euros, y un plan de 3 años de investigación para consolidar a Saft en el puesto líder como proveedor global de baterías industriales recargables. La investigación se ha centrado en proporcionar un incremento de un 20% en la capacidad de producción y una mayor flexibilidad a través del uso tecnología industrial puntera.
Esta investigación traerá beneficios para todos los recursos industriales de los mercados a los que se dirige Saft, que a la vez permitirá ofrecer una respuesta más rápida para conocer las necesidades del cliente, que requieren voluminosas entregas en un corto periodo de tiempo. Las ventajas incluyen la mejora de los ciclos de realización para el mercado y del rendimiento de las aplicaciones de recursos energéticos como el petróleo, el gas e instalaciones. La investigación ha reducido también el impacto medioambiental de estas plantas de fabricación disminuyendo su consumo de agua y
La fábrica de Saft AB en Oskarshamn es la mayor de planta de manufactura dentro del Grupo Saft internacional, y es la fabricante líder mundial de baterías de níquel-cadmio. En los tres últimos años la fábrica ha experimentado un fuerte crecimiento en la demanda de sus productos en el mercado de baterías industriales.
Las baterías fabricadas en Oskarshamn son utilizadas para aplicaciones de todo el mundo, que necesitan una reserva de energía con un gran nivel de fiabilidad, excelente realización y una larga vida, en especial para las demandas medioambientales como empresas, procesos industriales, hospitales y aeropuertos.
La fábrica original de Oskarshamn fue creada en 1906 con el nombre de “New Jungner Ackumulatro Co” para crear baterías basadas en los diseños del científico Waldemar Jungner, el cual fue el pionero en el desarrollo de células prácticas de níquel-cadmio. Estas fuentes de energía se desarrollaron con el nombre original de “Nife”, ya que el primer diseño fue con hierro en su construcción (Ni-Fe), y 100 años después permanece en uso como un importante tipo de baterías Saft.
La batería BESS de Alaska (Battery Energy Storage System), capaz de suministrar 46 MW de reserva de energía para la Asociación Eléctrica de Golden Valley y reconocida con el Record Guinness Mundial como la “más potente del mundo”, comprende cerca de 14.000 células de Ni-Cd y fue también fabricada en Oskarshamn.
Saft pone un énfasis especial en la responsabilidad medioambiental a través de las baterías con un largo ciclo de vida. Además de las instalaciones de fabricación, Oskarsham proporciona una completa instalación de reciclado para las baterías con base de níquel.
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