El euro, la nueva moneda para la mayoría de los europeos ya está aquí. Hemos pasado varios años de mentalización para que el 1 de enero de 2002, el mayor proyecto económico de la Unión Europea cobre vida propia y se adentre en todos los aspectos de nuestro entorno, incluido el energético.
Según los expertos, la puesta en funcionamiento del euro proporcionará una serie de beneficios a los estados miembros de la unión monetaria:
- equilibrio macroeconómico, al garantizar los países participantes una bonanza y estabilidad económicas sostenidas en el tiempo
- consolidación del mercado interior europeo, al eliminar los costes de transacciones comerciales y los tipos de cambio, y favorecer la competitividad y la transparencia de precios
- capacidad para convertirse en una moneda de referencia internacional
El mercado energético
Al igual que todos los sectores, el energético también se verá afectado por la nueva divisa. La repercusión más directa será la creación de un entorno favorable para el futuro mercado común energético. Un impulso a la apertura de los sectores de la electricidad e hidrocarburos hacia la libre competencia. Un mercado de 300 millones de usuarios potenciales donde la comparación de precios en una misma unidad favorecerá la elección de las opciones más ventajosas por parte del consumidor.
En cualquier comercio, los precios ya aparecen en euros, y con la calculadora en la mano, logramos convertir euros en pesetas y viceversa. Un largo camino hasta que aprendamos a "pensar" en la nueva moneda. Como ejercicio, ahí van unos precios para ir acostumbrándose(precios aproximados en enero de 2002 ).
- Gasolina super de 95 0,75 € / litro
- Gasolina diesel 0,65 € / litro
- Bombona de Butano 9,18 €
- Factura de electricidad 45 € / mes (vivienda media)
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