MADRID, ESPAÑA// Uno de los mayores retos a los que se enfrenta la sociedad tiene que ver con la escasa viabilidad del actual sector del transporte, basado en el consumo de un combustible finito como es el petróleo y que provoca emisiones de CO2 que generan cambio climático. En la semana europea de la movilidad sostenible, Ecooo considera que un cambio del modelo de transporte debe incluir la apuesta por la movilidad eléctrica sustentada en la generación de energía desde fuentes renovables.
La lucha contra el cambio climático pasa necesariamente por un cambio en el modelo de transporte que reduzca las emisiones de CO2 al tiempo que se reevalúan los hábitos de consumo para hacerlos más locales y menos dependientes de las redes de transporte.
Las energías renovables se convierten, así, en el principal aliado de los modos de transporte eléctricos. En el caso del transporte de mercancías, el ferrocarril no necesita un consumo directo de combustibles fósiles. En España, menos del 4% de las mercancías se transportan por ferrocarril, frente al 17% de media en Europa o el 22% en Alemania.
Por otro lado, el desarrollo del coche eléctrico se postula como una alternativa realista al actual modelo de transporte privado, principal causante de las emisiones de CO2. El fomento del coche eléctrico no sólo podría generar puestos de trabajo, si no que permitiría un ahorro en el gasto de las familias, dados los crecientes precios de la gasolina.
Con el mix eléctrico actual, en el que el gas y el carbón aún tienen un peso muy relevante, un km recorrido por un vehículo eléctrico emite a la atmósfera la tercera parte de CO2 (30 gramos) del que emite el vehículo de combustión más eficiente (90 gramos). Según crezca el parque renovable, las distancias se harán mucho mayores.
El desarrollo de este modelo de transporte debe ir ligado al fomento de las renovables. La aprobación de un Real Decreto de Autoconsumo con balance neto puede fomentar que la ciudadanía disponga de combustible directamente en sus casas.
El hecho de tener la posibilidad de generar la electricidad en el lugar donde se consume y utilizarla a su vez como materia prima limpia y sostenible, aseguraría la soberanía energética de la ciudadanía al tiempo que supondría una medida realista de ahorro. Recorrer 100 km con gasolina o gasoil difícilmente baja de los 9 euros. Si la propulsión fuera eléctrica y se aprovechan las tarifas valle que ofrecen las compañías para el consumo nocturno, los 9 euros pasarían fácilmente a 1,5, es decir: 6 veces menos.
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