MADRID, ESPAÑA// Greenpeace pide al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y al Gobierno que asuma íntegramente el mandato del Pleno del Congreso de los Diputados relativo a la realización de stress test de seguridad a las centrales nucleares españolas.
Estos stress test incluyen un conjunto de pruebas de resistencia frente a inundaciones (por causas naturales o por rotura de presas aguas arriba de la central), a impactos de aeronaves (por accidente o ataque terrorista), a los efectos del cambio climático y a posibles ataques terroristas y sabotajes o ciberataques, entre otras.
Todos los grupos parlamentarios del Congreso de los Diputados apoyaron, sin excepción, en su sesión plenaria del pasado 1 de abril, la realización de este conjunto de stress test a las centrales nucleares, cuya necesidad ha quedado evidenciada tras el desastre nuclear de Fukushima. La Proposición No de Ley, presentada por iniciativa del Grupo Socialista, fue enmendada y aprobada sin votos en contra. CiU y PP se abstuvieron por su desacuerdo con respecto a las referencias en el texto socialista al cierre de la central nuclear de Garoña.
Un análisis correcto de lo ocurrido en Japón muestra que la causa real del accidente nuclear de Fukushima no fue ni el terremoto ni el tsunami del pasado 11 de marzo (lo que estos provocaron fue la pérdida del suministro eléctrico a la central), sino la incapacidad de esos reactores de actuar de forma eficaz ante un problema de falta de refrigeración del combustible nuclear por falta de aporte eléctrico externo.
Por ello, Greenpeace valora muy positivamente este acuerdo parlamentario sobre los stress test a las centrales nucleares españolas, puesto que existen otras muchas causas posibles (un sabotaje terrorista, una inundación por rotura de un presa o causas naturales, un choque de un avión, un fallo técnico, errores humanos, etc.) que también hubieran podido ocasionar una pérdida prolongada de suministro eléctrico exterior en Fukushima, y entonces, la evolución de los acontecimientos hubiera sido, con toda probabilidad, la misma. Esa misma falta de capacidad de respuesta ante una situación de emergencia la tendría también la central nuclear de Santa Mª de Garoña, puesto que su reactor es idéntico a la unidad de Fukushima-1 (y el resto de unidades son muy similares a la de Cofrentes).
«El accidente nuclear de Fukushima ha expuesto la ineficacia de los estándares de seguridad nuclear occidentales, además de demostrar la capacidad de la energía nuclear de producir graves desastres radiológicos», ha declarado Carlos Bravo, responsable de la campaña de Energía nuclear de Greenpeace.
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