MADRID, ESPAÑA// Ante la evidencia de que partículas radiactivas, entre ellas isótopos de Cesio-137, han sido liberadas por la central nuclear de Fukushima, y de que se han detectado altos niveles de radiación en las inmediaciones de la central, Greenpeace muestra su preocupación porque se produzca un accidente con fusión del núcleo.
«Nuestros pensamientos siguen estando con la población japonesa que se enfrenta a la amenaza de un desastre nuclear, después de sufrir un terremoto y un tsunami devastadores. Las autoridades deben centrarse en mantener a la gente a salvo y en evitar más escapes de radiactividad», ha manifestado Jan Beranek, director de la campaña nuclear de Greenpeace Internacional.
Greenpeace señala que Fukushima continúa bajo grave peligro de fusión del núcleo. Esto potencialmente podría crear una nube radiactiva de yodo, que propagaría altos niveles de radiación al medio ambiente y a la población en un radio de decenas de kilómetros de distancia. La organización recuerda que simplemente advirtiendo a la población local de la importancia de permanecer dentro de los edificios, el Gobierno puede limitar las dosis de radiación recibidas por esta nube en un factor de 2 a 5.
«No está nada claro cómo va a evolucionar la situación en Fukushima, pero lo que nosotros sabemos es que la contaminación por escape de Cesio-137 supone un elevado riesgo para la salud de la población expuesta a ello. El Cesio-137 es uno de los tipos de isótopos que han causado mayor daño a la salud después del desastre de Chernóbil, porque se mantiene en el medio ambiente y en la cadena alimentaria durante 300 años», ha añadido
«¿Cuántas más advertencias necesitamos para entender que hay un peligro inherente a la explotación de la energía nuclear? La industria atómica siempre nos dice que estos sucesos no pueden ocurrir en reactores modernos, sin embargo, ahora Japón se encuentra en medio de una crisis nuclear con efectos potencialmente devastadores. La energía nuclear, siempre será vulnerable a la combinación potencialmente mortal de un error humano, fallos de diseño y desastres naturales» ha concluido Beranek.
Greenpeace pide el cierre de los reactores nucleares existentes, y el abandono de todo proyecto de construcción de nuevos reactores nucleares comerciales. Los gobiernos deben invertir en energías renovables que, al contrario de la nuclear, son sostenibles, seguras, asequibles y fiables.
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