BARCELONA, ESPAÑA // A partir del próximo 1 de julio 2009 desaparecen las tarifas integrales completando el proceso de liberalización del mercado eléctrico (ley 54/97 del Sector Eléctrico). Esto significa que la práctica totalidad de las PYMEs deberán escoger suministrador eléctrico, si bien para los pequeños consumidores, es decir aquellos cuya potencia contratada no supere los 10 kW, entrará en vigor una tarifa integral refugio denominada de último recurso. A esta tarifa podrán acogerse consumidores domésticos y microempresas, ya sea por carecer de ofertas por parte de los comercializadores o por un incremento excesivo de los precios en el mercado eléctrico.
En cualquier caso, la citada tarifa de último recurso es una medida de protección necesaria para el pequeño consumidor. A las empresas con más de 10 kW de potencia contratada que no acudan al mercado libre, se les aplicará un precio disuasorio, que se irá incrementando cada mes.
En opinión de Emili Rousaud, director general de Factorenergia, la liberalización total del mercado eléctrico conlleva una disminución de los precios de la electricidad para los consumidores por efecto de la competencia.
Es importante tener en cuenta que la recesión económica ha producido una fuerte reducción del consumo en la industria y la contención en el consumo doméstico, y ello explica el descenso en la demanda eléctrica que se está experimentando y que presiona a la baja los precios en el mercado eléctrico. Desde la óptica de la oferta, se ha experimentado un acusado descenso de los precios del gas natural, el petróleo y sus derivados, que si bien en las últimas semanas están registrando un incremento considerable, todavía se hallan muy lejos de sus máximos históricos de julio del pasado año.
El funcionamiento del mercado eléctrico español se basa en un sistema marginalista de determinación del precio. El precio del mercado (Pool) se forma por interacción de la oferta y la demanda y viene determinado por el precio ofertado por la última central necesaria para cubrir la demanda, denominado precio de casación, siendo éste un precio único que retribuye todas las otras centrales que hayan ofertado precios inferiores. Las centrales de generación ofertan un precio de venta en función de su coste de operación y actúan como oferentes individuales.
Con la desaparición del sistema de tarifas deja de existir también la figura del abonado que acepta unas condiciones económicas y de servicio explicitadas en la legislación. Según Rousaud, la liberalización implica asumir un papel activo recabando información, solicitando propuestas a diferentes comercializadores y negociándolas. Las empresas consumidoras que asuman este nuevo rol estarán preparadas para aprovechar las oportunidades que nos brinda la liberalización en el escenario económico actual.
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