MADRID, ESPAÑA // WWF considera que en el Debate del Estado de la Nación se ha hecho prácticamente caso omiso a los problemas ambientales del país y que han faltado medidas concretas para convertir el medio ambiente en un motor real de la economía.
El Para WWF, la aspiración expresada por el Presidente del Gobierno de “renovar el modelo económico para que sea sostenible económica, social y ambientalmente” no puede estar basada en medidas que abordan sólo los dos primeros aspectos. En su discurso, el Presidente del Gobierno anunció planes concretos, financiación específica y propuestas de leyes para los ámbitos económicos y sociales, pero no hizo lo mismo para el sector ambiental.
Por lo que todas las afirmaciones sobre este aspecto se quedaron en una mera declaración de buenas intenciones, pero sin concreción en objetivos, leyes, planes o financiación para realizarlos. Mientras en otros países industrializados se está tratando el medio ambiente como un polo económico generador de innovación, inversiones, empleo y sostenibilidad, y como uno de los principales pilares sobre los que construir la recuperación económica, en el Debate del Estado de la Nación esto pasó a un claro segundo plano.
El Debate sobre el Estado de la Nación tampoco arrojó medidas concretas y objetivos ambiciosos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero para dar concreción a la promesa de liderar la lucha contra el cambio climático. Aunque las emisiones españolas han decrecido en 2008, sigue estando muy lejos de su objetivo recogido en el Protocolo de Kioto Juan Carlos del Olmo, Secretario General de WWF España ha afirmado que “creemos que se ha perdido una gran oportunidad para lanzar medidas de revitalización económica que, al mismo tiempo, hubiesen mejorado la situación ambiental.
Apoyamos la idea de una economía verde, pero este no puede ser un concepto vacío de contenido”. Y ha añadido: “también reivindicamos la participación de las organizaciones ecologistas en las mesas de diálogo social, de las que hemos sido excluidos hasta ahora. Sólo de este modo, se puede garantizar la visión medioambiental de la Ley para la Economía Sostenible. De lo contrario, el nuevo modelo económico que se quiere alcanzar carecerá de una de las tres dimensiones en las que se debe fundamentar ”.
Medidas esenciales obviadas
Concretamente, en el discurso del Presidente no se han mencionado tres disposiciones fundamentales para la sostenibilidad ambiental que habían sido ya comprometidas en el debate de investidura del año anterior:
1. La Ley sobre eficiencia energética y energías renovables. La alta dependencia energética de España hace prioritario establecer un objetivo ambicioso a largo plazo para el desarrollo de las energías renovables. Teniendo en cuenta que sólo para la importación de petróleo y sus derivados se tuvo que desembolsar 44.000 M € el año pasado, el 4% del PIB, para WWF está claro que es necesario que el Gobierno apueste con rigor y con inversiones en las energías renovables y ponga en marcha un Plan de Salida del petróleo para el Transporte. Aunque ahora haya bajado el precio del crudo, los mercados dan por sentado un repunte de los precios tan pronto como mejore la economía mundial.
2. Plan de Rehabilitación Energética Integral de Edificios ya construidos. En lugar de promover esta ley, se apuesta por acelerar la venta de pisos mediante el recorte de las deducciones fiscales a partir de 2011. La política fiscal en la construcción debería estar orientada a fomentar la rehabilitación del parque de viviendas existente para reducir su consumo energético. De esta forma se mantendría la actividad en el sector de la construcción y se reduciría el consumo energético de las viviendas, así como de la balanza energética española.
3. La Ley de Movilidad Urbana. No se ha debatido. En cambio, el Presidente del Gobierno ha anunciado que se apoyará con 2.000 € la compra de automóviles. Al no canalizar las ayudas propuestas a la compra de vehículos más eficientes (por ejemplo híbridos o eléctricos, o que emitan menos de 120 gr de CO2/km), se está perdiendo una oportunidad única para fomentar la penetración de estos vehículos en el mercado, al tiempo que no se está dando una señal a la sociedad sobre la necesidad de cambiar las pautas de transporte. La realidad es que se sigue primando el vehículo privado sobre el transporte público.
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