BARCELONA, ESPAÑA // El Consorcio urbanístico de Cerdanyola del Vallès ha encargado a Barcelona Regional y Aiguasol la elaboración de los criterios energéticos en la planificación urbanística de un nuevo barrio de la población. Para establecer los criterios, Aiguasol ha llevado a cabo un estudio de las demandas y los consumos energéticos en edificios residenciales, con el objetivo de reducir la factura energética global del barrio.
El análisis ha seguido toda una serie de fases como la evaluación de demandas de los edificios de viviendas con simulación dinámica, la evaluación de consumos energéticos según el equipamiento actual; la definición y evaluación de propuestas de reducción de demandas y consumos energéticos en los edificios de viviendas del barrio y la viabilidad económica de las diferentes propuestas.
Entre otras propuestas destaca: el uso de elementos de protección solar móviles en todas las oberturas transparentes del edificio, que todas las viviendas tengan ventilación natural durante las noches de verano, el uso de dispositivos de ahorro en grifos y duchas, uso de duchas termostáticas para reducir la demanda de ACS, etc.
Para llevar a cabo este análisis, se ha simulado las condiciones de una serie de edificios tipo de viviendas, teniendo cuente la arquitectura y construcción de los edificios, las hipótesis de funcionamiento habitual, y también se ha respetado las condiciones exigidas por la normativa vigente. Así, se han podido obtener propuestas que permiten reducir la demanda energética que se describen de manera cualitativa analizando el ahorro energético que pueden comportar.
La simulación hecha por Aiguasol se ha realizado con la herramienta de cálculo TRNSYS, la cual permite calcular el consumo energético a partir de las demandas ya evaluadas y las características del sistema de generación y distribución de energía. El análisis obtenido certifica que con todas las mejoras propuestas se pueden obtener unos resultados de entre un 22 y un 29% de ahorro energético.
El ahorro energético evaluado supone, para el conjunto de viviendas del barrio, un ahorro de emisiones de CO2 a la atmósfera entre un 26 y un 29% respecto a la situación de referencia. A pesar de que las medidas y actuaciones propuestas comportan un gasto de inversión inicial, ésta representa un beneficio económico a lo largo del uso del edificio, que permite amortizar los costes de la inversión en 10 años.
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