La mañana del jueves 14 de agosto, la explosión de un depósito de gasolina en la refinería que Repsol-Ypf posee en la provincia de Ciudad Real produjo algo más que humo negro. A día de hoy, 8 trabajadores muertos de empresas subcontratadas es el fatal resultado.
El fallo del sistema de alarma impidió que se pudieran evacuar los gases que se habían acumulado en un depósito de refino de gasolina, que acabaron por detonar produciendo el accidente y afectando a unos operarios que se encontraban allí en ese instante. Esta parece ser la explicación más probable, según la comisión de investigación que se abrió al respecto formada por Repsol-Ypf, sindicatos y Administración.
El incendio se propagó a 6 tanques cercanos de gasolina, cuyos trabajos de extinción se alargaron casi 3 días. Los casi 1.000 trabajadores de contratas de la empresa realizaron 3 días de huelga en señal de protesta por sus condiciones laborales, más deficientes que las de los empleados de plantilla, según su opinión. La polémica está en el ambiente, pues Puertollano se ha convertido en uno de los complejos petroquímicos con más accidentes de Europa, con un saldo de 6 accidentes mortales en los últimos 10 años.
Además, un informe de los bomberos que participaron en los trabajos de extinción señaló "carencias de seguridad" en la planta. Junto con ello, los trabajadores ponen en duda la falta de cultura de prevención, los equipos obsoletos con los que se trabaja, la inestabilidad laboral y la eficacia de la subcontratación de tareas importantes.
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