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¿Y después de la guerra qué?



Las condiciones del Mercado del Crudo generan incertidumbre, sin embargo la volatilidad en los precio podría ser inferior a lo esperado. Hace diez años atrás, la invasión de Irak a Kuwait generó una espiral alcista en el precio del crudo, que solo fue detenida por el excelente resultado que los Aliados obtuvieron en su guerra contra el régimen de Bagdad. Luego de la resonante victoria militar, la volatilidad de los precios no cedió, y estos se derrumbaron alrededor de la mitad de su valor en pocas semanas.

Hoy muchos de los tomadores de decisiones de las empresas petroleras, creen que el fenómeno se repetirá, y por lo tanto actúan en base a esto. Incluso tienen en carpeta el escenario de precios inferiores a U$S 20 el barril. Este tipo de pronósticos desincentiva la inversión y no les ayuda a sacar provecho de los jugosos precios cercanos a U$S 40 el barril que se pueden obtener hoy en el mercado. Para ellos el generar ganancias record en pocos meses, no compensa las pérdidas que acarrea el colapso de los precios, una vez que la incertidumbre finalice.

Pero, ¿Qué tan probable es un desmoronamiento de los valores, una vez acabado el conflicto? Analizando la oferta, vemos a una OPEP, siempre liderada por Arabia Saudita, que hoy, tal como lo ha hecho siempre, intenta estabilizar la cotización del crudo. Le ha prometido a Estados Unidos, que aumentará su producción para abastecer a los mercados y evitar un alza desmesurada de los precios. Sin embargo, la capacidad ociosa que posee la OPEP hoy, no le brinda mucho margen para aumentar su producción.

La larga huelga Venezolana, obligó a la OPEP a incrementar su oferta para suplir las exportaciones del principal productor Sudamericano. Pero los analistas afirman que hoy la OPEP solo puede abastecer 2,5 millones de barriles al día, es decir la mitad de su capacidad de respuesta en la anterior Guerra. Esto compensa la producción Iraquí, pero no supliría la oferta Kuwaití en caso de que la guerra se traslade a esta nación. La situación podría ser aún más crítica, si la huelga rebrota en Venezuela, o si la conflictiva Nigeria sufriera algún tipo de conflicto en las elecciones de Abril del corriente año. Cuando observamos la demanda, la situación es aún más compleja.

El invierno ha sido muy duro en el hemisferio norte, lo cual ha elevado drásticamente el consumo de crudo. El abastecimiento de gas canadiense a Estados Unidos, sigue con problemas y no puede satisfacer al mercado, el cierre de Plantas Nucleares en Japón debido a problemas de seguridad, ha causado que se utilice al petróleo como sustituto de los mismos. Los inventarios de crudo en los países desarrollados son hoy muy bajos, producto de la fuerte demanda de los mismos.

Además la fuerte ola de fusiones de empresas privadas en los últimos años, ha generado una contracción en los inventarios de las mismas, así también como en su capacidad de almacenaje. Por este motivo, la posibilidad de los consumidores de petróleo de mantenerse fuera del mercado debido al petróleo almacenado se ve muy limitado. El pronóstico de que el petróleo Iraquí inundará el mercado una vez que el conflicto termine, puede en el mejor de los casos ser posible en un lapso no inferior a los dos años.

Hoy la industria petrolera Iraquí no posee la infraestructura necesaria para proveer al mercado de crudo en forma significativa. Si a todo esto se le suman los posibles daños que pudieran causar a los yacimientos el ataque de la coalición Anglo-americana, o el sabotaje que pudieran sufrir los mismos por parte de las mismas tropas iraquíes, la posibilidad de que el petróleo iraquí fluya libremente por el mundo en el corto plazo es tan solo una utopía. Además la Geopolítica nuevamente parece generar gran incertidumbre, un enfrentamiento aunque sea diplomático entre Corea del Norte y Estados Unidos, parece inminente.

Tal como se observa en las estadísticas de precios, los conflictos acarrean precios superiores en el crudo. Considerando que la amenaza terrorista sobre intereses anglo-americanos es constate, no sería descabellado pensar que algún acto de terror desate una nueva espiral alcista en los precios del crudo, tal como ocurrió luego del 11 de setiembre de 2002. Por las razones expuestas, parece ilógico suponer que la única variable que influye en los precios elevados, es la Guerra con Irak. Sin lugar a dudas que la misma es la causa de que los precios ronden los U$S 40, pero no es el origen de que la cotización del WTI sea superior a U$S 25.

En una conferencia brindada en Argentina, el analista de Merryll Lynch, Frank McGann, sostiene que sus pronósticos para el último trimestre del 2003 y primer trimestre de 2004, son de precios cercanos a los U$S 24. Los bajos Stocks, la poco productiva Venezuela, los potenciales daños colaterales en Medio Oriente, el virtual aumento de la demanda ante una recuperación económica de Estados Unidos, Nigeria, problemas de la energía nuclear y el gas, la amenaza terrorista y la escasez de capacidad productiva de la OPEP, nos brinda un marco en el cual el precio del crudo parece destinado a permanecer encima de los U$S 25 durante al menos un año. Y si recordamos que U$S 25 el barril, es mucho mejor que el promedio histórico cercano a los U$S 19, entonces es tiempo de celebrar para las petroleras y no de preocuparse.

Escrito por Marcelo Eduardo Licanic



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