La Fundación Renovables y Greenpeace han celebrado esta mañana en Madrid el encuentro ‘Un Horizonte sin Nucleares” para cubrir la ausencia de un diálogo social sobre el apagón nuclear y ante las decisiones anunciadas por el Gobierno que posponen la fecha de cierre de las centrales.
Frente a las últimas noticias en que la ministra de Transición ecológica pretende llevar al Consejo de Ministros el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, con un calendario que alargaría la vida de las nucleares a gusto de las eléctricas, el encuentro de Fundación Renovables y Greenpeace ha servido para mostrar, en la forma y en el fondo, cómo es posible y necesario reunir a la sociedad para debatir sobre el cierre nuclear.
Las personas que han participado en el encuentro, procedentes de muy diversos sectores sociales y empresariales, han coincidido en reclamar voz y participación para que la decisión sobre el calendario de cierre de las nucleares no se tome a puerta cerrada entre las eléctricas y el Gobierno.
“El debate necesario es sobre cómo acelerar, no retrasar, el inevitable cierre de las nucleares, que debe ser seguro, eficaz y eficiente. La propuesta de la ministra coincide con los intereses expresados por los presidentes de las eléctricas, y las voces aquí reunidas exigen su derecho a ser escuchadas en igualdad de condiciones. El Gobierno no está para rescatar a las eléctricas, sino para defender los intereses ciudadanos”, ha declarado Mario Rodríguez, director ejecutivo de Greenpeace España.
“La prórroga de las licencias de operación de las centrales nucleares es una hipoteca para las generaciones futuras. No entendemos que un debate como éste, cuyas consecuencias va a tener que soportar la sociedad, se haga sin luz ni taquígrafos”, ha afirmado Fernando Ferrando, presidente de la Fundación Renovables. El presidente de la Fundación Renovables ha añadido que “en nuestras propuestas no está el cerrar o prohibir algo que no tenga alternativas” en referencia a que “solamente con las subastas pendientes de ejecutar este año y con los planes de mínimos del Gobierno de subastar 3.000 MW/año, las renovables están perfectamente preparadas para sustituir al parque nuclear actual” según vayan caducando las licencias de operación de las centrales en funcionamiento. Una idea que han refrendado en el coloquio tanto José María González Moya, director general de la Asociación de Empresas de Energías Renovables-APPA, como José Donoso, director general de la Unión Española Fotovoltaica, UNEF.
El parque nuclear de España cuenta con siete reactores en funcionamiento, con una vida útil media de 35 años, y tres en distintas fases del proceso de desmantelamiento. En los próximos cinco años caducarán todas las licencias de explotación, la última la de la central nuclear de Trillo, en Guadalajara, en el año 2024. Las centrales españolas alcanzan por tanto una vida útil (1) media de 38 años, y en los próximos ocho años todas superarán su vida de diseño (2), es decir sobrepasarán los 40 años.
Sabiendo que, desde el punto de vista de la seguridad de suministro, es viable cerrar todas las nucleares y las térmicas de carbón, las reflexiones más destacadas de este encuentro son:
- Es imprescindible la reforma del mercado eléctrico para que el precio de la electricidad pueda mantenerse y bajar debido a que las renovables abaratan el precio.
- El cierre nuclear programado no es solo una decisión empresarial, porque las personas son el centro de un sistema eléctrico eficiente y 100% renovable, y la consulta pública es obligatoria en materia nuclear.
- El cierre nuclear es una oportunidad para el empleo y la economía y puede y debe favorecer el empleo sostenible y justo y la economía local. El desarrollo de planes de inversión local, la transición energética prioritaria en estas comarcas, junto con el cierre nuclear es una oportunidad única.
- Es imprescindible disminuir el CO2 a nivel global, dentro del sistema energético y eléctrico, para ello y de manera inmediata es imprescindible el cierre del carbón y nuevas inversiones en renovables.
- Los costes de los residuos radiactivos, y de los riesgos de accidente, los deben pagar las empresas no la sociedad.
- La seguridad nuclear es un objetivo prioritario, por ello los reglamentos y los protocolos de seguridad deben ser respetados, y deberían restituirse todos aquellos que se han modificado sin ninguna mejora en materia de seguridad.
- El envejecimiento de las instalaciones debe ser considerado de manera específica, porque a partir de los 40 años de operación son necesarias revisiones especiales.
- La politización y falta de control de organismos y empresas públicas debe ser subsanado ya que supone un riesgo añadido.
El encuentro, moderado por el periodista Santiago Carcar, ha contado con la participación de una veintena de expertos/as: Natalia Fabra, catedrática en el Departamento de Economía de la Universidad Carlos III de Madrid, Economía de la Energía; José Pablo Chaves Ávila, investigador en el Instituto de Investigación Tecnológica (IIT) de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería (ICAI) de la Universidad Pontificia Comillas; Nieves Sánchez, presidenta de la Asociación Profesional de Técnicos en Seguridad Nuclear y Protección Radiológica y funcionaria del Cuerpo de Seguridad Nuclear y Protección Radiológica; Rafael Barrera, de ANPIER (Asociación Nacional de Productores Fotovoltaicos); José Donoso, director General de UNEF (Unión Española Fotovoltaica) y co-presidente del Consejo Global Solar; Raquel Montón, responsable de la campaña de Energía Nuclear de Greenpeace España; Francisco Castejón, del CIEMAT y de Ecologistas en Acción; José María González Moya, director general de APPA (Asociación de Empresas de Energías Renovables); Raquel García, de WWF (Área de Energía); David Howell, de SEO Birdlife (Área de Energía); José Luis García, responsable del Programa de Cambio Climático de Greenpeace; Javier Andaluz, de Ecologistas en Acción y Soledad Montero, de la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético.
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