La transición energética tiene que ir acompañada, necesariamente, de la energía nuclear. Es la tecnología que más horas funciona, más electricidad produce y más ayuda a evitar emisiones contaminantes. La continuidad de la operación de los reactores nucleares españoles es una estrategia energética acertada para asegurar el suministro eléctrico, poner freno al CO2 y mantener una industria capacitada y tecnológica, creadora de riqueza y empleo y con gran proyección internacional.
La necesidad de la energía nuclear está justificada desde un punto de vista técnico, ya que se trata de la fuente que más electricidad genera año tras año, concretamente el 21,17% en 2017, y desde un punto de vista medioambiental, ya que ayuda a poner freno a las emisiones contaminantes. Es una tecnología libre de CO2 y, por tanto, esencial para cumplir con los compromisos ambientales ratificados a nivel internacional. Solo en España, las centrales nucleares evitan la emisión anual de cerca de 40 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera. De hecho, la producción eléctrica nuclear supuso el pasado año el 39,32% de la electricidad sin emisiones contaminantes generada en España.
La transición energética que ha de abordarse en España requiere, precisamente, de un mix eléctrico lo más respetuoso posible con el medio ambiente y que, a su vez, garantice en todo momento el abastecimiento eléctrico sin efectos desfavorables significativos en los precios de la electricidad o en la competencia del mercado eléctrico. La energía nuclear es una pieza clave en esta transición más allá del año 2030. Así lo plantea Foro Nuclear como representante de todo el sector nuclear español junto con otras muchas voces. A ellas se suman, en palabras del presidente de Foro de la Industria Nuclear Española, Ignacio Araluce, las de la “Comisión de Expertos en Transición Energética, quienes han analizado recientemente propuestas para la descarbonización y han concluido que las centrales nucleares tienen que seguir formando parte del mix al tratarse de una potencia firme, y añadiendo que un cierre anticipado supondría un incremento de los costes de generación, así como de las emisiones contaminantes”. Una necesidad, la de la energía nuclear, “que cada vez se pone menos en duda”, según Ignacio Araluce, y “cuya continuidad a largo plazo, siempre con las máximas garantías de seguridad como prioridad, tiene que venir acompañada de su viabilidad económica, reduciendo la alta carga impositiva y estableciendo mecanismos de mercado que ayuden a conseguirla”.
El sector nuclear español, con trabajadores capacitados y expertos, junto con una apuesta clara por la I+D+i, el impulso del talento y el desarrollo tecnológico puntero, está preparado para la continuidad a largo plazo del parque nuclear español y para seguir operando las centrales con excelentes indicadores de funcionamiento, tal y como recoge el informe “Resultados nucleares de 2017 y perspectivas de futuro”. Junto a ello, la industria nuclear española seguirá creciendo en el exterior compitiendo en los mercados más exigentes y exportando tecnología, productos y servicios a más de 40 países, en un mundo con 448 reactores nucleares en situación de operar en 31 países y 58 unidades más en construcción en 16 estados. Para Ignacio Araluce “es necesario dar a conocer y poner en valor la realidad de la industria nuclear española compuesta por empresas tecnológicas, capacitadas, con reconocimiento y prestigio internacional y generadoras de riqueza y empleo”.
Todavía no hay ningún comentario.