La energía solar es vida. El sol es el responsable, a menor o mayor escala según el caso, de otorgar vida a cada una de las plantas que se encargan de purificar nuestro aire y de dar frutos u hortalizas que se convierten en el pan de cada día en los hogares del mundo.
Ante esto, el hombre se ha encargado de desarrollar distintos métodos que son cada día más efectivos y menos contaminantes, para sacar el máximo provecho a la energía solar en plantaciones agrícolas. Si bien se necesita maquinaria agricola como remolques agrícolas, tractores, cosechadoras, maquinaria para riego… para trabajar la tierra, los nuevos sistemas de aprovechamiento de la energía solar pueden hacer todo mucho más sencillo.
Diferentes tipos de energías renovables en la agricultura
Es indispensable que se aproveche la energía de forma consciente, sin dañar el medio ambiente. Informes demuestran que la agricultura genera más gases de efecto invernadero que otros sectores de naturaleza industrial.
Estos gases son generados principalmente por las máquinas agricolas, indispensables para la agricultura. Además, el uso del combustible encarece considerablemente el costo de producción. Para luchar contra el cambio climático y para encontrar ahorro, ha nacido una tendencia a utilizar energías renovables tales como la fotovoltaica, la solar térmica, la energía eólica, la biomasa y la energía hidráulica, perfectamente adaptadas para el uso agrícola.
Energía fotovoltaica
La energía fotovoltaica es captada a través de paneles que se encargan de producir energía eléctrica de forma ecológica y silenciosa. Maquinaria agrícola como tractores, maquinaria de riego o bombas de riego son perfectas para funcionar mediante este sistema, que se puede instalar en cualquier lugar que tenga exposición al sol durante gran parte del día (edificios agrícolas, campo…).
Energía eólica
Normalmente los terrenos agrícolas suelen estar situados en espacios abiertos donde el viento corre libremente. Con un aerogenerador doméstico, es posible alimentar constantemente de energía eléctrica a un sistema de riego para una explotación agrícola de gran tamaño de forma renovable y limpia. Además puede representar un negocio al vender el excedente energético a una compañía operadora de electricidad.
Energía de la biomasa
La energía que resulta de la biomasa es una de las más limpias, debido a que base su proceso de producción energético en el aprovechamiento de residuos orgánicos como combustibles fósiles (purín, estiércol y restos vegetales). La desventaja de este sistema es la inversión que se requiere para contar con las infraestructuras necesarias para el procesamiento de estos residuos.
Energía solar térmica
Es una de las más comunes en el uso doméstico. A través del calentamiento de placas se puede generar calor para el agua, necesaria en la agricultura para, entre otras cosas, la desinfección de los alimentos que se producen.
Energía solar en la agricultura
La energía solar, como se indicó anteriormente, forma parte esencial de la vida en La Tierra. Es una energía ilimitada que se puede utilizar para generar otras fuentes de energía, bien sean renovables o no. Es tan útil que incluso puede cargar placas fotovoltaicas capaces de alimentar bombillos para otros tipos de plantaciones no convencionales como invernaderos, cultivos interiores y más.
La energía solar que el suelo percibe depende de muchos factores, como la latitud, la altitud, la nubosidad, entre otros, que determinan la fertilidad de un suelo. Esta energía tiene distintos usos en la agricultura.
Secaderos
La práctica del secado es indispensable una vez se cosechan los granos y cereales como el maíz, los frijoles, el tabaco, entre otros. Estos deben llegar a un nivel óptimo para su conservación, empaquetamiento y posterior distribución.
A través de corrientes de aire caliente es posible eliminar el exceso de humedad. Esa corriente de aire caliente es producida por maquinaria que necesita de la energía eléctrica.
Invernaderos
En los invernaderos, la energía eléctrica que resulta de la energia del sol, juega un factor fundamental tanto para el sistema de riego como para conservar una temperatura ideal que estimule el crecimiento de las plantas. Los invernaderos constituyen un gran porcentaje de las plantaciones mundiales agrícolas, por lo cual es positivo que en la mayoría se apliquen técnicas conservacionistas en cuanto a la utilización de la energía eléctrica.
El invernadero puede colectar de manera eficaz la energía solar durante el día, mediante un sistema mixto de colectores con agua y aire. Así, el calor que se consigue puede usarse también para otras instalaciones como la calefacción de túneles, los cultivos forzados, el calentamiento de la tierra en semilleros… Así, la calefacción ayuda a invernaderos a mantener una temperatura adecuada que no ponga en riesgo la plantación en épocas de clima frío.
Instalaciones ganaderas
El sol puede también proveer energía y calefacción para las instalaciones ganaderas tales como los departamentos de parto, las salas de ordeño, la lechería…Para una eficacia máxima, los edificios deben estar aislados térmicamente y la ventilación debe estar arreglada para proveer una temperatura óptima a fin de evitar que la humedad se instale.
Entonces, vemos que la energia solar representa una alternativa sostenible para proveer electricidad y calefacción en una granja, que suele necesitar una cantidad de energía significativa para que todas las instalaciones y máquinas puedan funcionar.
El planeta exige cuidados. Es por eso que cada día se crearán otros métodos que preserven el medio ambiente sin necesidad de renunciar a actividades imprescindibles para la sociedad como la agricultura.
Foto: Agriaffaires.es.
Un artículo interesante, aunque ahora mismo creo que solo se pueden utilizarlas energías renovables como «refuerzo» ya que aún no se ha conseguido sacar-les la máxima potencia.